“…Empezaba a ver que los que buscan a una persona tienen algo, una marca cerca de los ojos, de la boca, la mezcla de dolor, de bronca, de fuerza, de espera, hecha cuerpo. Algo roto, en donde vive el que no vuelve…”

Mara Rahab Bautista

Cometierra es la primera una novela de Dolores Reyes, escritora argentina. Editada en 2019 por la editorial -también argentina- Sigilo, con una portada de verdad bella; actualmente editada y distribuida en México por Alfaguara Pengüin Random House.

Cometierra tuvo su nacimiento cerca y durante la pandemia, una novela que comenzó a dar de qué hablar en redes, en la virtualidad, le ayudó en mucho el boca en boca, las redes sociales, una novela que no se sabía si era para jóvenes o adultos, se deseaba su llegada a México con más ejemplares, del 2019 hasta la fecha Cometierra sigue siendo un libro que se recomienda.

El libro lleva 17 ediciones en toda Latinoamérica y otras partes del mundo, Cometierra, es el personaje de esa novela tan cuestionada, que parece más bien situada en México y no en Argentina, a la adolescente protagonista le llevan botellas llenas de tierra, tierra que pisaron mujeres, niñas y jóvenes desaparecidas, ella la come y así deja que le cuente lo que la tierra le permite ver y escuchar, es decir donde se encuentran y qué pasó con ellas.

Es importante mencionar quién es Dolores Reyes, nació en Buenos Aires en 1978, es docente feminista, activista de izquierda y madre de siete hijos que viven en una provincia de Buenos Aires. Dolores se enamora de la literatura, gracias a la poesía. Este libro lo escribió mientras asistía a un taller literario con la escritora Selva Almada, autora de ladrillos, no es un río, entre otras novelas.

En la primera escuela en la que ella trabajó, llegaban jóvenes de la comunidad quienes estaban en la escuela entre las 8:00 y 5:30 horas; durante este tiempo ella escuchaba, platicaba, sentía a estos jóvenes, por lo que hizo un puente entre Cometierra y sus estudiantes, sus preocupaciones y la terrible situación actual de las mujeres desaparecidas. Es un libro que aborda la terrible situación de los feminicidios en Argentina - y en muchos países de la Latinoamérica-.

En 2024, la censura le dio un gran impulso, ya que en noviembre de ese año, en Argentina con Javier Milei en la presidencia, una fundación conservadora propuso (exigió) retirar de los programas de lectura de las aulas cuatro títulos: La china Iron de Gabriela Cabezón Cámara, Las primas de Aurora Venturini, Si no fueras tan niña de Sol Fantin y claro, Cometierra de Dolores Reyes; este intento de cesura provocó una lucha en redes, un  levantamiento de voces en colectivo, una serie de manifestaciones de lectores y escritores.

En Argentina, muchas personas han querido censurarla justificando cuidar la inocencia de los lectores jóvenes. Nos preguntamos ¿es un libro quien te quita la inocencia o es la realidad en la que vivimos? ¿deberíamos proteger a los jóvenes de la literatura y los libros? O ¿deberíamos protegerles de la tentación de adoctrinarlos, protegerles del crimen, protegerles de la violencia, protegerles de la ignorancia?

Un dato curioso es, que en Argentina el 60% de los adolescentes están bajo la línea de la pobreza, eso los pone en automático en vulnerabilidad, sobre todo a las mujeres, ¿no debería ser un tema de reflexión en las aulas?

Cometierra ha vendido más ejemplares hasta ahora que todas las obras juntas de Hang Kan, Premio Nobel de literatura 2025, lo que nos hace cuestionar el efecto de la censura y sobre todo qué pasará ahora que la novela llega a plataformas en forma de serie, en una producción México-Argentina y entonces esto nos hace preguntarnos ¿la censura es solo para los libros “peligrosos” o habrá también censura en su formato visual?

Más allá de una buena o mala adaptación, ¿dónde pondremos la discusión? ¿en la violencia, en la literatura, en las clasificaciones o en todo?

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