Morelia, Michoacán | Agencia ACG.– Detrás del Cinépolis del Centro Histórico, justo en esa calle donde el bullicio del cine se mezcla con el aroma a palomitas, hay una tiendita que ha visto pasar generaciones enteras. Se llama Súper Rodríguez, y lleva casi cuarenta años siendo parte de la rutina y la historia de los morelianos.
La historia de esta tienda comenzó gracias a una mujer trabajadora que, con esfuerzo y constancia, levantó el negocio desde cero. Hoy, ella sigue al frente del mostrador, con la misma energía y alegría de siempre, como si el tiempo no pasara por ella. A su lado está su hijo Dante Rodríguez Herrera, quien junto con su familia la ayuda todos los días para mantener viva la tradición.
“Mi mamá toda la vida ha sido comerciante. Cuando llegó a Morelia vendía muebles, después se casó con mi papá y pusieron un local. Cuando se los pidieron, encontraron este espacio… y aquí seguimos, 39 años después”, cuenta Dante mientras atiende a las personas que van llegando a la tienda.
Antes, los vecinos la conocían como ‘La Conasupo’, porque su mamá tenía una concesión de esa cadena. “Así le decían todos. Por mucho tiempo se le quedó ese nombre, aunque ya casi nadie lo usa”, recuerda con cariño.
Por sus puertas han pasado historias grandes y pequeñas: el traslado de la central camionera, la reubicación de los ambulantes, los cierres por los festivales de cine y hasta la pandemia, que puso a prueba la resistencia de los comercios locales. “Nos tocó vivir de todo, pero aquí seguimos, gracias a la gente que no nos olvida”, dice Dante.
Súper Rodríguez también tiene su historia con el mundo gamer. Durante años, el lugar fue punto de encuentro para jóvenes que iban a jugar y participar en torneos. “Atrás tenía consolas para renta y empezamos a hacer torneos. La comunidad de Smash Brothers, que se llama Smash Factory, nació aquí. A la fecha todavía vienen algunos”, comenta.
Y entre las anécdotas más recordadas, destaca aquella vez que Diego Luna pasó a comprar una cerveza, cuando las estrellas del cine salían por la puerta de emergencia. “Antes se veía más ese movimiento, ahora ya no tanto, pero sí llegaron a venir varios”, cuenta entre risas.
Hoy, Súper Rodríguez sigue ahí, firme entre los cambios del Centro. Es un pequeño refugio en medio del movimiento, un lugar donde aún se conserva la cercanía, la charla amable y la atención de antes, esas que ya casi no se encuentran en la ciudad. Abren todos los días de 9:00 de la mañana a 9:00 de la noche, siempre con una sonrisa y la calidez que distingue a la familia.
En una ciudad que cambia cada día, hay lugares que permanecen. Súper Rodríguez es uno de ellos: una tiendita familiar que, con amor, trabajo y constancia, sigue siendo el corazón detrás del cine y parte de la memoria viva de Morelia.