Morelia, Mich. | Agencia ACG.- Tras varias horas de manifestación -para demandar justicia en el asesinato de Carlos Manzo, edil de Uruapan-, entre la marcha y la violenta irrupción al Palacio de Gobierno de Michoacán, y sin ya nuevos actos de violencia, más allá de algunos gritos hacia los elementos policiacos que resguardan el inmueble colonial, los rijosos que ya eran contados, numéricamente hablando, se retiraron del primer cuadro de la ciudad. Atrás dejaron lo que en los últimos tiempos no se había visto destrozos por doquier al interior de la sede gubernamental, un acto de vandalismo que fue permitido por la ausencia de un tradición blindaje policiaco.