Una librería puede ser un punto de encuentro, un motor de comunidad y de empleo y un refugio para la bibliodiversidad
Claudia Bautista y Mara Rahab Bautista, colaboradoras La Voz de Michoacán
Las librerías independientes representan un pilar fundamental para la cultura, la innovación y la economía local a nivel mundial. Diversos estudios muestran que estas librerías fomentan la diversidad cultural y el acceso a información, aspectos esenciales para una sociedad democrática y plural. Según un informe de la Organización Internacional de Bibliotecas y Servicios de Información (IFLA), las librerías independientes suelen ofrecer una selección más curada y diversa de libros, promoviendo autorxs independientes y obras menos comerciales, lo que enriquece el panorama cultural y educativo.
Además, investigaciones realizadas en países como Estados Unidos y Reino Unido revelan que las librerías independientes son motores de desarrollo económico local. Un estudio del Instituto de Políticas de Librerías (BPLI) indica que éstas generan un mayor impacto económico per cápita en sus comunidades, creando empleo y atrayendo turismo cultural. La cercanía y el carácter único de estas librerías fomentan el sentido de comunidad, fortaleciendo los valores sociales y culturales, especialmente en tiempos de crisis o modernización acelerada.
Por otro lado, encuestas de organizaciones como la Asociación de librerías independientes (American Booksellers Association) reflejan que los lectores valoran el apoyo a negocios locales, considerando que estas librerías ofrecen un servicio más personalizado y promocionan la lectura a través de eventos, clubes de libro y actividades educativas. La importancia de mantener viva la red de librerías independientes se evidencia en su resistencia frente a gigantes comerciales y plataformas digitales que, aunque expansivas, muchas veces priorizan la rentabilidad sobre la calidad y diversidad del contenido cultural.
Las librerías independientes constituyen una parte significativa de la industria creativa, aunque su porcentaje exacto varía según la región y la fuente de datos. Según un informe de la UNESCO sobre la economía creativa a nivel global, la industria editorial, que incluye librerías, contribuye aproximadamente con el 3-5% del mercado cultural mundial. Aunque este porcentaje puede parecer pequeño, en términos económicos es crucial, ya que genera empleo, impulsa la venta de contenidos culturales y fomenta la diversidad cultural.
Por último, es importante señalar que la economía creativa en general —que incluye publicidad, diseño, arquitectura, artes visuales, música, cine y librerías— representa aproximadamente el 3% del PIB mundial, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Dentro de ésta, las librerías independientes, aunque pequeñas en porcentaje, autofinancian muchas actividades culturales y contribuyen a la economía creativa en su conjunto, promoviendo la diversidad y la innovación.
Las libreras y libreros independientes que integramos la Red de Librerías Independientes (RELI), vivimos cada día los goces y retos de abrir las puertas y cortinas donde el libro vive cada día del año. Somos testigos de cómo una librería puede ser un punto de encuentro, un motor de comunidad y de empleo y un refugio para la bibliodiversidad.
Hoy queremos compartir, con claridad por qué estamos impulsando la propuesta de tasa cero para librerías. En nuestro país, desde 1980 los libros impresos están exentos de IVA para facilitar el acceso a la lectura. Pero las librerías el hogar natural y permanente del libro, no cuentan con este beneficio, tal como sí lo hacen nuestros socios naturales: las editoriales. Pagamos IVA en renta, luz, transporte, plataformas y servicios; no podemos acreditarlo ni recuperarlo. Esta situación encarece nuestros costos de operación en un rango variable dependiendo del tamaño de la librería, según estimaciones basadas en los Censos Económicos del INEGI.
Mientras tanto, la red de librerías se reduce: de 2,823 establecimientos en 2003 pasamos a 2,365 en 2023, y 30% de la población mexicana vive en municipios sin una sola librería. El empleo en el sector se ha contraído 33% en dos décadas y la asistencia a librerías no se recupera del golpe de la pandemia. Sabemos que, cuando en la infancia se tiene contacto con bibliotecas o librerías, 85% de esas niñas y niños se convierten en lectores adultos. Por eso defendemos nuestros espacios: son infraestructura cultural, no solo comercios.
La tasa cero para librerías no es un privilegio; es una política pública cultural necesaria para equilibrar la cadena del libro, apoyar la viabilidad financiera de las librerías y, al mismo tiempo, fomentar la lectura y el empleo. Esta medida permitiría que las librerías pequeñas pudieran pagar sus gastos fijos, como la renta y los servicios, mejorar sus sistemas de gestión, ofrecer más actividades culturales y en una palabra hacer más digna la labor que realizan. Todo esto se traduce en más y mejores sitios donde el libro habita para la ciudadanía, sin aumentar un solo peso al consumidor final.
Desde RELI trabajamos con diputadas, diputados y otras instituciones para que esta medida se apruebe. Cada peso que se libera a una librería se multiplica en lectores, actividades culturales y empleos dignos, así que, si te interesa seguir construyendo un mundo que le apueste a la cultura, la libertad, la democracia, pluralidad, a la comunidad, apoya a tus librerías locales, a las independientes.
*Escrito a dos manos entre Claudia Bautista, Fundadora y directora general de la Red de Librerías Independientes (RELI) y Mara Rahab Bautista, Traspatio Librería.