Ahora es el turno del senador de la República, morenista, Raúl Morón Orozco, aspirante a la próxima gubernatura, quien dará a conocer este domingo en Morelia su informe de labores en la llamada Cámara Alta del Congreso de la Unión.
Como se ha visto en los últimos días, los informes anuales, sobre todo de las figuras públicas más sobresalientes, situadas en alcaldes, en legisladores y en la del gobernador, cautivan la atención no por el contenido de los mismos.
Si, en especial en tiempos prácticamente preelectorales, los informes de esas figuras atraen más por el nivel de convocatoria que por el espirítu de lo que expresan, aunque si logran una excelente combinación suelen ser explosivas.
Y, es precisamente esa combinación lo que debe permear en el informe senatorial de Raúl Morón; no, no puede rebajarse en ninguno de esos dos puntos, más si pretende que se le vea como un serio, no nada más fuerte, aspirante.
A la vez, pronto sabremos si al menos por cortesía institucional convocó tanto al alcalde de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, como al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, más allá de esperadas invitaciones a figuras nacionales.
Pero, aparte del morbo político de los asistentes, cuantita y cualitativamente, veremos que informará el ex dirigente magisterial, en especial ya no qué tantas iniciativa presentó, sino cuántas fueron aprobadas por el pleno del Senado.
Ese es el meollo del asunto, no solo reportar que dio sus votos a favor a todas y a cada una de las iniciativas presidenciales, eso cualquiera. También veremos su mensaje político que tan riojoso o conciliador es, no vaya a ser un búmeran o un misil.