Cada año, en una fecha variable durante septiembre u octubre, cuando la Luna está alrededor del primer cuarto, siendo ideal para la observación nocturna, se celebra el Día Internacional de la Observación de la Luna, una iniciativa impulsada por la NASA que busca acercar a las personas a la astronomía y despertar el interés por nuestro satélite natural. Durante esta jornada, observatorios, instituciones educativas y comunidades científicas organizan actividades abiertas al público para disfrutar de la Luna a través de telescopios y charlas de divulgación.

La celebración no sólo invita a admirar la belleza de la superficie lunar, con sus cráteres y mares visibles incluso a simple vista, sino que también representa una oportunidad para recordar la importancia que ha tenido en la historia de la humanidad. La Luna ha sido fuente de inspiración cultural, guía para calendarios y referente científico en la exploración espacial.

El objetivo principal de este día es fomentar la curiosidad por el universo y la ciencia, al mismo tiempo que se promueve la colaboración entre aficionados y expertos de todo el mundo. A través de estas actividades, se busca que más personas reconozcan el papel fundamental de la Luna en la vida terrestre y se fortalezcan los lazos de la comunidad global en torno al conocimiento del cosmos.