Un hecho de violencia estremeció este martes a la comunidad de la ciudad de Estação, en el estado brasileño de Río Grande do Sul, cuando un adolescente de 16 años irrumpió en la escuela primaria Maria Nascimento Giacomazzi y atacó con un arma blanca a varios de sus ocupantes. El ataque dejó un saldo fatal: un niño de 9 años murió a causa de las heridas, mientras que una niña de 8 años y una maestra de 34 resultaron lesionadas.

De acuerdo con autoridades locales, fue gracias a la rápida intervención de vecinos que se evitó una tragedia aún mayor. El agresor fue detenido por ciudadanos de casas cercanas que ingresaron a la institución antes de que lograra atacar a más personas.

La policía confirmó que las víctimas menores de edad fueron atendidas por servicios de emergencia en el sitio, aunque lamentablemente uno de ellos, un niño de 9 años, falleció poco después a causa de las lesiones. La docente herida se encuentra fuera de peligro, con heridas moderadas, según el informe médico preliminar.

El arma usada no fue mostrada públicamente, pero se confirmó que las heridas fueron provocadas por cuchillo. El motivo del ataque aún es desconocido, pero ya se abrió una investigación para esclarecer los hechos.

Información inicial apunta a que el joven agresor era conocido dentro del colegio y había recibido tratamiento psicológico especializado. Según declaraciones de autoridades escolares, su comportamiento era monitoreado por docentes y personal administrativo, aunque no se habían reportado episodios recientes de violencia.

El gobernador de Río Grande do Sul, Eduardo Leite, condenó enérgicamente el ataque: “Lo que sucedió no puede ser naturalizado, relativizado u olvidado”, afirmó, haciendo un llamado a reforzar la seguridad y atención emocional en escuelas.

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Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su pesar por el ataque y confirmó que se brindará apoyo psicológico a los estudiantes, maestros y familias afectadas. El Ministerio de Educación ya coordina medidas de emergencia para asistir a la comunidad escolar.

Mientras la escuela suspende actividades y los padres exigen explicaciones y mayor seguridad, el caso ha desatado un nuevo debate en Brasil sobre la violencia en espacios educativos, la salud mental adolescente y la necesidad de protocolos más estrictos de prevención.

Las autoridades han reiterado su compromiso de investigar a fondo lo sucedido y dar seguimiento a las personas heridas y a los alumnos testigos del hecho.

Fuente: El Heraldo de México