Los investigadores han comprobado también que el límite de resolución del ojo es mayor de lo que se creía
Ciudad de México. - ¿Vale la pena invertir más por una televisión de ultra-alta definición? Los científicos piensan que en unas condiciones de uso típicas no, porque el ojo humano tiene un límite de resolución y solo es capaz de apreciar una cantidad determinada de píxeles, por encima de la cual una pantalla proporciona a los ojos más información de la que pueden detectar.
Lo han comprobado investigadores de la Universidad de Cambridge y de Meta Reality Labs, que han demostrado que en una sala de estar promedio y a unos 2.5 metros del televisor, una pantalla de ultra-alta definición (las de 4K u 8K) de 44 pulgadas no ofrece ninguna ventaja adicional respecto a una de las catalogadas como 'Quad HD' del mismo tamaño. Hoy publican los resultados de su trabajo en Nature Communications.
Los investigadores también han desarrollado una calculadora en línea y gratuita en la que los usuarios pueden introducir el tamaño de su habitación, así como las dimensiones y la resolución de su televisor, para determinar la pantalla más adecuada para su hogar.
Más píxeles no siempre significa una mejor percepción visual porque el ojo humano tiene un límite de resolución que depende de factores como el tamaño de la pantalla, la distancia o la visión central o periférica, han señalado los investigadores, y han corroborado que un mayor número de píxeles implican un mayor coste y consumo de energía, pero no automáticamente una mejor experiencia visual.
“A medida que se realizan grandes esfuerzos de ingeniería para mejorar la resolución de las pantallas móviles, de realidad aumentada o de realidad virtual, es importante conocer la resolución máxima a la que las mejoras adicionales no aportan un beneficio apreciable”, ha señalado Maliha Ashraf, investigadora del Departamento de Ciencias de la Computación y Tecnología de Cambridge y primera autora del estudio.
Los investigadores han comprobado también que el límite de resolución del ojo es mayor de lo que se creía, pero que existen diferencias importantes entre las imágenes en color y en blanco y negro, ya que el cerebro no tiene la capacidad de percibir muy bien los detalles de las imágenes en color, en especial al verlas con una visión periférica.