La iniciativa de Morena busca castigar con prisión y multas la difusión no consentida de memes, stickers e imágenes digitales contra servidores públicos; especialistas alertan posible censura.
En México, la libertad de expresión digital podría enfrentar un nuevo desafío; Armando Corona Arvizu, diputado de Morena, ha propuesto una iniciativa que podría llevar a penas de hasta seis años de prisión y multas significativas para quienes compartan memes, stickers o representaciones digitales que busquen ridiculizar a funcionarios públicos.
En una era donde la crítica política y la sátira encuentran refugio en las redes sociales, esta propuesta legislativa ha generado controversia sobre sus implicaciones, el alcance de la libertad de expresión y el potencial riesgo de censura institucional.
La iniciativa, presentada recientemente en el Congreso, se enfoca en contenidos creados o manipulados mediante inteligencia artificial o edición digital.
Busca sancionar no solo la creación, sino también la difusión de imágenes, audios o videos virales que, según la propuesta, dañen la dignidad y reputación de las personas, especialmente de servidores públicos.
Además, las penas podrían incrementarse si la víctima es menor de edad, persona con discapacidad o un funcionario en ejercicio de sus funciones.
Aunque la propuesta pretende proteger la identidad digital y la integridad individual, expertos y defensores de los derechos digitales advierten que su redacción ambigua podría dar lugar a denuncias infundadas y silenciar la crítica social.
Preocupación por la propuesta
Organizaciones como Artículo 19 y usuarios de redes sociales han manifestado su preocupación, señalando que la medida amenaza el espacio de debate y parodia política, fundamentales para la democracia mexicana.
El debate sobre la ley anti-memes no solo trata sobre sanciones, sino que también examina el papel del humor como herramienta de denuncia, la delgada línea entre la protección personal y la censura, y la capacidad de los ciudadanos para cuestionar a sus gobernantes sin temor a represalias legales.
En una época donde los memes han evolucionado de simples entretenimientos a vehículos de opinión y resistencia, esta iniciativa invita a una reflexión urgente: ¿castigar el humor digital protege a la sociedad o blinda a los políticos?