Lo que comenzó como una visita ocasional de una pequeña gata en busca de sombra y alimento, terminó convirtiéndose en una historia de ternura, comunidad y empatía en una tienda de conveniencia ubicada al norte de la ciudad.

El felino, ahora conocido cariñosamente como “Minina”, encontró en este establecimiento más que un refugio temporal: encontró un hogar; los empleados, conmovidos por su presencia constante y su docilidad, decidieron hacerse cargo de ella, llevándola al veterinario, vacunándola y asegurándose de que estuviera sana y protegida.

Hoy, Minina no solo vive en la tienda: forma parte del equipo, luce un pequeño uniforme adaptado a su tamaño, descansa entre cajas y estanterías, y es acariciada con frecuencia tanto por los empleados como por los vecinos del barrio Bosques de San Sebastián, quienes la consideran ya una figura entrañable del lugar.

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Aunque al principio se pensó que podría tener dueños, lo cierto es que nadie la reclamó y con el tiempo, su presencia se volvió habitual. Clientes habituales han compartido su historia en redes sociales, donde ha ganado popularidad por su carácter tranquilo y por alegrar el día a quienes la visitan.

“Minina se convirtió en parte del ambiente. Nos hace bien a todos”, comentó una vecina que pasa a diario por su café, otros aseguran que verla al llegar al mostrador ya es parte de la rutina.

La historia, aunque sencilla, resalta el poder de los pequeños gestos de cuidado animal y cómo la empatía puede transformar vidas tanto humanas y peludas por igual.

Fuente: Publimetro de México