Maribel Guardia reconsidera el destino de las cenizas de Julián Figueroa, enfrentando el duelo con valentía y amor maternal.
Ciudad de México.-Han pasado más de dos años desde la trágica pérdida de su hijo Julián Figueroa, y su madre, la actriz y cantante Maribel Guardia, sigue enfrentando el duelo con valentía. Inicialmente, Maribel había planeado colocar las cenizas de su hijo en una iglesia, pero admite que aún no ha podido dar ese paso.
“Estoy en ese proceso, ya ven que me ha costado muchísimo trabajo, ¿verdad? Ya tengo el nicho, ya tiene el nombre de Julián, todo, y ya es solo cuestión de que yo me decida hacerlo, que va a ser muy pronto”, compartió la artista costarricense.
Con el corazón dividido, explicó:
“Yo sé, digo, mi mente me dice: ‘Ya tienes que hacerlo’, mi corazón me dice: ‘No puedes hacerlo’, pero tengo que fusionarlos a los dos. Un poquito de más de tiempo y ya lo voy a hacer”.
El 9 de abril de 2023, Julián Figueroa fue encontrado sin vida en su residencia en la Ciudad de México, a causa de un infarto agudo al miocardio y una fibrilación ventricular. Las autoridades descartaron cualquier signo de violencia, aunque surgieron especulaciones que Maribel Guardia ha desmentido firmemente, centrando sus esfuerzos en preservar el amoroso recuerdo de su hijo.
Guardia también decidió no guardar fragmentos de las cenizas de Julián en un collar, a pesar de haberlo considerado al principio.
“Ya he cambiado de opinión, es que pasé por muchas etapas. De entrada, lo iba a hacer porque Victoria Ruffo me regaló, recién muerto Julián, porque ella traía a su mamá aquí en el pecho, y mucha gente, me encuentro a muchas que me dicen: ‘Mira, aquí está mi mamá, aquí está mi papá.’ Yo digo, bueno, ¿por qué no voy a tener yo un pedacito de Julián?”
Como símbolo de su conexión, Maribel lleva consigo un arete de Julián, que considera un vínculo tangible con él.
“Traigo un aretito de Julián aquí… Con él me baño, con él voy a shows, no me lo quito para nada. Siempre mi arete me lo pongo arriba del de Julián”, añadió, reflexionando: “Vive en mi corazón, entonces no necesito tener sus cenizas, pero por el momento es un proceso. Nadie sabe esto hasta que lo vive”.
El relato de Maribel sigue conmoviendo a sus seguidores, quienes han sido testigos de su fortaleza y ternura. Su historia resalta que el amor maternal trasciende la ausencia física, y que el proceso de dejar ir no tiene un tiempo determinado, es un camino que se comprende solo al vivirlo.