El obispo de Apatzingán insta a sanar las heridas del crimen organizado y llama a la Iglesia a actuar frente a la violencia persistente.
Las desapariciones forzadas, los levantamientos de inocentes y la violencia que persiste en las comunidades son heridas que “siguen sangrando” y deben ser atendidas y sanar como una prioridad pastoral y social, afirmó el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, en su mensaje dominical.
“El ser escrito en la misión no lleva a Jesús”, expresó a través de un video en redes sociales, al pedir a los creyentes asumir con libertad la encomienda evangélica, desprendiéndose de ataduras materiales y afectivas que impiden responder al dolor de los pueblos.
“Sólo alguien libre puede liberar a quien vive en la esclavitud”, afirmó. Sin mencionar actores específicos, el obispo denunció la simulación institucional en torno a la seguridad pública.
“Proclamar el deseo de paz puede causar malestar en autoridades o en grupos que quieren mostrar que estamos bien, que no hay violencia, que hay paz. No ocultemos la realidad”.
También llamó a la a salir de sus muros y cuestionó si desde las parroquias se está yendo a las periferias o se permanece cómodamente instalados: “Reflexionemos si estamos en camino o nos hemos instalado confortablemente”.
Finalmente, recordó que las instrucciones de Jesús a sus discípulos siguen vigentes ante las urgencias actuales.
“Evangelizar no se trata del éxito que se pueda obtener, sino de la fidelidad. Estén alegres porque sus nombres están escritos en el cielo”, dijo, y bendijo a los fieles en nombre de la Santísima Trinidad.
