La Carta de la Tierra no es sólo un documento simbólico; es una guía ética global que puede traducirse en políticas públicas locales con impactos reales

En un mundo marcado por la crisis climática, el agotamiento de los recursos naturales, la creciente desigualdad y la pérdida acelerada de biodiversidad, los municipios —como unidades básicas de gobierno— tienen la responsabilidad de liderar la transición hacia un modelo de desarrollo más justo, solidario y sostenible. En este contexto, la Carta de la Tierra no es sólo un documento simbólico; es una guía ética global que puede traducirse en políticas públicas locales con impactos reales.

Por ello, que el Ayuntamiento de Morelia ratifique una vez más la Carta de la Tierra representaría no sólo una postura progresista frente a los desafíos socioambientales del siglo XXI, sino también un compromiso concreto con los principios de sostenibilidad, justicia social, democracia participativa y respeto por la vida en todas sus formas.

¿Qué es la Carta de la Tierra?

La Carta de la Tierra es un movimiento global, una declaración internacional de principios éticos fundamentales para la construcción de una sociedad global justa, pacífica y sostenible. Fue promovida desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992) y lanzada oficialmente en el año 2000, tras un amplio proceso de consulta global en el que participaron organizaciones civiles, académicos, jóvenes, pueblos indígenas y representantes gubernamentales de más de 100 países.

Sus cuatro pilares son:

  1. Respeto y cuidado de la comunidad de la vida.
  2. Integridad ecológica.
  3. Justicia social y económica.
  4. Democracia, no violencia y paz.

Más de 6,000 organizaciones y gobiernos en el mundo han suscrito esta declaración, usándola como marco para la educación ambiental, la formulación de políticas públicas, el diseño de proyectos comunitarios y la evaluación ética del desarrollo.

Morelia: avances, retos y urgencias

Morelia, con sus más de 850,000 habitantes, no es ajena a los grandes retos ambientales. Solo en 2023, se registraron más de 70 incendios forestales que afectaron áreas clave para la captación de agua y la conservación de biodiversidad. La ciudad genera diariamente cerca de 1,200 toneladas de residuos sólidos, y el crecimiento urbano continúa presionando zonas rurales, cuerpos de agua y corredores biológicos.

Pese a estos desafíos, en los últimos años se han logrado avances importantes:

  • La creación de la Secretaría de Medio Ambiente y Sustentabilidad, una de las pocas en el estado con rango de gabinete.
  • La declaratoria de nuevas Áreas Naturales Protegidas municipales, como el Cerro del Quinceo.
  • El impulso a programas de educación ambiental, reciclaje, huertos urbanos, movilidad sostenible y energías limpias.

Sin embargo, estos logros aún enfrentan barreras estructurales como la dispersión normativa, la falta de recursos técnicos y financieros, y la limitada participación ciudadana en la toma de decisiones.

Suscribir la Carta de la Tierra: más que un acto simbólico

La adhesión del Ayuntamiento de Morelia a la Carta de la Tierra significaría alinear sus políticas públicas con un marco ético de largo plazo. Implicaría, entre otras acciones:

  • Incorporar criterios de sostenibilidad en el Plan Municipal de Desarrollo.
  • Fortalecer la educación ambiental en escuelas, colonias y comunidades rurales.
  • Promover presupuestos participativos con enfoque ambiental y social.
  • Garantizar la participación activa de jóvenes, mujeres, pueblos originarios y ciudadanía organizada en los procesos de gobernanza ambiental.
  • Evaluar las políticas municipales con indicadores de equidad, resiliencia ecológica y justicia intergeneracional.

Además, permitiría vincular al municipio con una red global de ciudades que ya trabajan en torno a los principios de la Carta, facilitando el intercambio de buenas prácticas, la cooperación internacional y el acceso a fondos de financiamiento para el desarrollo sostenible.

La ciudadanía como motor del cambio

Uno de los mayores valores de la Carta de la Tierra es su énfasis en la corresponsabilidad ciudadana. No basta con que los gobiernos declaren buenas intenciones. La construcción de un municipio sostenible requiere la participación activa de vecinas y vecinos, colectivos ambientales, académicos, empresas responsables y jóvenes comprometidos.

Hoy en Morelia existen cientos de iniciativas ciudadanas que promueven el reciclaje, el consumo consciente, la reforestación, la movilidad no motorizada y el cuidado de los animales. El reto es articularlas, fortalecerlas y dotarlas de un marco de valores comunes.

Un llamado al compromiso ético

Suscribir la Carta de la Tierra no resolverá todos los problemas de la noche a la mañana, pero sí enviará un mensaje claro: que Morelia está dispuesta a asumir su papel como actor local con visión global. Que reconoce que el bienestar humano está indisolublemente ligado a la salud de los ecosistemas. Que entiende que el futuro no puede construirse sin equidad, participación ni conciencia ambiental. En un tiempo donde abundan los discursos vacíos, necesitamos más compromisos con sustancia. Que Morelia se sume a la Carta de la Tierra es un paso necesario para demostrar que otro futuro —más justo, solidario y sostenible— no solo es deseable, sino posible.