Es precisamente en la pieza “Vámonos pa´l monte” que Palmieri traza esa vuelta hipnótica y progresiva del piano eléctrico y del órgano, junto a su hermano Charlie Palmieri
Gustavo Ogarrio
Gregory Pappas afirma que Eddie Palmieri (1936-2025) fue el “arquitecto de la salsa progresiva” y que en el álbum “Vámonos pa´l monte” va “más allá de la tradición”, logrando un “equilibrio entre lo nuevo y lo viejo”: “Las canciones ‘Viejo socarrón’ (compuesta por Luís Martínez Griñán) y el hermoso bolero ‘Yo no sé’ (compuesto por Jacinto Scull) fueron previamente grabados por Conjunto Modelo y Sonora Matancera en la década de 1950. La participación en Vamonos pa'l monte de Chocolate Armenteros, quizás el mayor trompetista típico cubano de la historia, es un sólido vínculo con la era de Arsenio Rodríguez y Benny Moré”.
Según Pappas, en las manos de Palmieri están también dos modos de búsqueda pianística enlazándose de manera progresiva: “el solo de Palmieri es una exploración notable por la forma en que coloca al montuno con la mano izquierda, mientras explora las posibilidades melódicas y armónicas con la derecha”. Es precisamente en la pieza “Vámonos pa´l monte” que Palmieri traza esa vuelta hipnótica y progresiva del piano eléctrico y del órgano, junto a su hermano Charlie Palmieri, en relación con las descargas y estruendos sonoros como ráfagas de los instrumentos de viento; no es de ninguna manera un ingenuo regreso a la vida rural, sino un revire crítico contra lo urbano, sublimado en los sonidos como metralleta que hacen imposible cumplir el deseo de retornar al monte y a la guaracha después de la odisea metropolitana y muchas veces frustrante en Nueva York: “Vámonos pa'l monte, pa'l monte, pa guarachar… / Vámonos pa'l monte, que el monte me gusta más […] / Aquí, en las grandes ciudades solo se respira el río… / Allá, en el monte mío hay espacio y vacilón […] / Para el monte me voy porque contento estoy”.