EDITORIAL | FNLS, EL PROVOCADOR
Los integrantes del llamado Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) siguen teniendo como rehén al centro histórico de la capital michoacana, teniendo como su base de operaciones la Plaza Melchor Ocampo.
A diferencia de lo que se creen, a ciencia cierta, en términos llanos son actos vandálicos lo que ellos enarbolan como acciones de lucha, solo falta el calificativo de revolucionarias, para buscar respuestas a una serie de demandas.
Sin embargo, gran parte de esas peticiones son demasiados generales como el cese a la persecución política de tres de sus compañeros, sin especificar las causas; además, claman por una solución a requerimientos muy generales.
En los hechos, cada año, ante la proximidad del 12 de octubre, se organizan y preparan el asalto al centro histórico moreliano, primero invadiendo, asentándose, en la principal plaza, luego creando caos vial a su alrededor.
Y, de ahí, movilizándose por doquier, taponeando vialidades vehiculares, obstruyendo pasos peatonales, pintarrajeando edificios históricos, movilizándose con custodios encapuchados, armados aparentemente solo con palos.
No, no es como dicen, ahí están los vídeos, ellos, los del FNLS, fueron a provocar a los policías que resguardaban la sede principal del Ejecutivo del estado, fueron ellos los que buscaron la confrontación más que física.
Fueron ellos los que lanzaron sinnúmero de objetos y hasta trataron de embestir a la contada fuerza pública usando como bólidos un par de tranvías turísticos; hubo respuesta, gases lacrimógenos, forcejeo, golpe, claro, mentadas de madre.
Si, con un discurso anquilosado, de los años 70s, salieron a gritar a los cuatros vientos que fueron violentados, acusando al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla como el gran represor; si, de victimarios se pasan a víctimas.
Y, ¿las autoridades?, ¡cruzadas de manos!, imposibilitadas para actuar con fuertes medidas coercitivas, menos en medio del glamour del festival internacional de cine de Morelia: Por lo pronto, el negrito en el arroz…