Víctor cree que Panda es mejor que The Cure, que José Madero es más grande que Fredy Mercury y que el disco “Para ti con desprecio” es más sublime que el disco blanco de Los Beatles
Francisco Valenzuela, colaborador La Voz de Michoacán
Hay dos momentos fundamentales en la vida de Víctor Ruiz. La tarde en que su mamá lo dejó fuera de un concierto de la Onda Vaselina y el día en que su misma mamá, y su papá, contrataron el Telecable. La primera decisión hizo enojar al entonces mocoso Víctor, mientras que la segunda le dio felicidad. De haber entrado a ese concierto, la vida de Víctor habría sido muy distinta. Porque se hubiera enamorado de Mariana Ochoa, de las canciones del grupo y de toda la basura comercial que fabrican desde una oficina. Y si sus padres hubieran sido egoístas, codos, el adolescente Víctor no hubiera descubierto MTV, Much Music y Telehit.
Aquí hay algo importante qué apuntar. En gran medida, MTV y Telehit también eran basura. Y por desgracia el adolescente Víctor se clavó con los grupos más malos difundidos por esas cadenas: los etiquetados como punk rock. Desde entonces, Víctor cree que Blink-182 hace rock y que Panda es la mejor banda que ha dado México. Imagínense ustedes: Panda… háganme el chingao favor.
Pero hoy vamos a dejar del lado el engaño en el que cayó mi amigo y vamos a celebrar que haya escrito un libro lleno de sinceridad, de experiencias reales, de sentimientos auténticos - “Crónicas del sótano” es el libro ganador de la convocatoria Palabras de Colibrí, emitida por la Secretaría de Cultura, y publicado bajo el sello de Cuarta República. Editorial de Michoacán-. En estas páginas ustedes van a conocer a personajes excéntricos como El Interpol, El Marky o El Haragán, nombres que quizá no nos digan mucho, pero que colaboraron en algún punto para que la incipiente escena del rock viviera pese a todas las adversidades. Por ejemplo, El Haragán organizó una tocada de Seguimos Perdiendo en una vieja bodega de la colonia Jacarandas, allá por el 2007; mientras que El Marky convenció al hoy celebrado escritor para que hicieran un concierto de Vantroi en Ihuatzio.
Durante muchos años he cubierto como periodista, tocadas de rock de las llamadas independientes o underground. Muchas de ellas han sido presenciadas por no más de 30 jóvenes indeseados en sus propias casas. Siempre me pregunté quién diablos estaba detrás de esos toquines y cómo carajos iba a pagar los costos de producción. La respuesta, amigos míos, está en este libro. Quienes están o han estado detrás de esos conciertos en quiebra, son personajes como Víctor, dispuesto a trabajar, ahorrar dinero, invertir ese dinero en una tocada de punk rock y perder dicho dinero por culpa de lo impopular del punk rock.
En estas páginas también encontramos una breve historia de los lugares donde se ha escuchado el rock: desde una bodega apestosa como esa de Jacarandas, hasta el Fuxxion (con dos equis), un sitio espantoso que vendía caguamas tibias, pero donde vimos a decenas de proyectos y en el que Víctor fue a ver a Tex Tex, mientras descubría que su ex ya salía con otro cabrón al que ni le gustaba el rock and roll.
No podía faltar el Cactux; otro bar incómodo, austero, con baños sucios, pero que es lo mejor que le ha pasado a esta ciudad en mucho tiempo, tan solo por la enloquecida cantidad de artistas alternativos que ahí hemos escuchado. En el Cactux Víctor fue feliz mientras tocaba Charlie Monttana, el vaquero rocanrolero que ya se murió, y también a Dos Minutos, otra banda alternativa endiosada por el ahora festejado.
Y claro: en este libro, Víctor nos cuenta la vez que fue a ver a Panda al Palacio del Arte. Desde esa ocasión, Víctor cree que Panda es mejor que The Cure, que José Madero es más grande que Fredy Mercury y que el disco “Para ti con desprecio” es más sublime que el disco blanco de Los Beatles.
Les ruego no contradecirlo. Hoy estamos aquí para celebrar que Víctor escribió un libro de rock and roll. Y a esta Morelia sin brillo, le urgían unas crónicas de rock and roll.
Francisco Valenzuela es economista de profesión, aunque su desarrollo profesional ha sido como periodista cultural. Fundó y dirigió la revista Revés, publicación que se convirtió en un referente del arte y la contracultura en Michoacán. También se ha desempeñado como productor y conductor de programas de radio, entre los que destaca Noches de cine.